lunes, 30 de julio de 2012

La amplitud de la impunidad

Una asociación que integra un camarista salteño defendió la inocencia del dueño de Ledesma. Blaquier tiene como amigo a Rabbi Baldi

La Cámara de Apelaciones de Salta interviene como tribunal de alzada en las causas por delitos de lesa humanidad. Uno de sus integrantes firmó un apoyo a Pedro Blaquier. Las denuncias contra el empresario podrían llegar a su tribunal.

 Por Alejandra Dandan

Desde hace tiempo se sabe que el Poder Judicial Federal de Jujuy permitió durante años que no avanzaran las causas de lesa humanidad, entre otras que no se allanaran los edificios del Ingenio Ledesma y no se llamara a indagatoria a Pedro Blaquier hasta hace dos meses. Lo que nunca termina de sorprender es cómo las formas que garantizaron la impunidad durante tantos años vuelven a tener intentos de reproducirse. A mediados de julio, una institución llamada Academia Nacional de las Ciencias Morales y Políticas difundió a través del diario La Nación un mensaje de solidaridad con el empresario de “intachable trayectoria” como llamaron a Blaquier. La Academia que rinde homenajes al contraalmirante Isaac Rojas y se pronuncia contra los proyectos del aborto legal tiene al propio Blaquier como “tesorero”. El tema, sin embargo, llamativo es que desde comienzos de julio, la institución sumó a sus filas a Renato Rabbi Baldi Cabanillas, integrante de la Cámara de Apelaciones de Salta, que es el tribunal de alzada de Jujuy, donde son apeladas las causas por delitos de lesa humanidad como la que involucra a Blaquier.

Las causas que llevan el nombre de Blaquier avanzan pese a que todavía no tiene fecha su nuevo llamado a indagatoria. En simultáneo, aumentan los artículos sin firmas que intentan presentar a Blaquier como víctima de una campaña de persecución. El fin de semana apareció un reportaje sin firma publicado con ese espíritu en el diario El Tribuno de Jujuy, cuya redacción está a cargo de Carlos Ferraro, ex gobernador, pero además jefe de prensa de la provincia durante la dictadura: un diario que hasta hace muy poco les prohibía a sus redactores escribir el nombre de Pedro Blaquier en las causas de lesa humanidad, debían suplantarlo a lo sumo con la mención genérica de “la empresa”. Ese mismo tono de la víctima es el espíritu del artículo que publicó el diario La Nación el 13 de julio, bajo el título “Repudian la agresión a Blaquier”, en el que difundió el mensaje de dos asociaciones. Por un lado, el conservador Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires, de la calle Montevideo, referido por este diario como el que en 1976 sostuvo que las Fuerzas Armadas salvaron a la República. La otra voz es la de la Academia Nacional de Ciencias Morales.

La institución, dice el diario, expresó su “‘profunda preocupación’ por las agresiones que sufrió el empresario Carlos Pedro Blaquier en Jujuy la semana pasada, cuando se presentó a declarar en una causa en la que se investigan presuntos delitos cometidos durante la dictadura”. La entidad se solidarizó con “el presidente de Ingenio Ledesma” al que “se lo pretende involucrar en ‘hechos que no guardan la debida relación de causalidad con su actividad empresaria y su intachable trayectoria’”.

La Academia agrega un dato ex profeso que parece puesto para destilar tinta oscura sobre la trayectoria de los organismos de derechos humanos jujeños. Las organizaciones tuvieron como abogado a Pablo Pelazzo, quien fue nombrado fiscal ad hoc por el ministerio público fiscal para reforzar las causas que estaban sostenidas por un solo fiscal, en un paso que tiene antecedentes en Bahía Blanca o en La Plata, donde uno de los ex abogados del CELS es ahora fiscal ad hoc de la causa del circuito Camps. El punto que la Academia cuestionó no fue ése –que sí cuestionaron los abogados de Blaquier en una recusación presentada contra el abogado y que la semana pasada el juez de la causa rechazó–. El artículo, sin dar su nombre, lo acusa por “la presunta participación” en las agresiones que sufrió Blaquier el día del fracasado llamado a indagatoria. El dato quedó descartado cuando el juez federal Fernando Poviña rechazó la recusación de Pelazzo y además, por las consultas que hizo este diario, se comprobó que era falso.
Rabbi Baldi

A comienzos de julio, el diario El Tribuno de Salta anunció en una nota que a sus filas se incorporaba Renato Rabbi Baldi Cabanillas. Según una nota del 25 de julio de 2010 del diario La Nación, Rabbi Baldi “tiene las manos blancas, delicadas, y un vocabulario que salta del francés al latín, pasando por el alemán y el inglés, sin esconder el acento salteño que lo acompaña desde la cuna”. Integra la Cámara Federal de Apelaciones de Salta, el tribunal que actúa como cámara de alzada de Salta y de Jujuy, y se atiende los expedientes federales entre los que están los de lesa humanidad. Una y otra vez su actuación trajo cola. La Unidad de Coordinación de las causas de lesa humanidad de la Procuración de Nación lo denunció ante el Consejo de la Magistratura cuando llamó a la Policía de Seguridad Aeronáutica para que “allanen con cuidado” la casa de su cuñado, el represor Alejandro Osvaldo Marjanov, segundo jefe del Batallón de Comunicaciones de Bahía Blanca, que estaba siendo buscado por la justicia de ese distrito.

Más cerca de las causas de Jujuy, la Procuración volvió a mencionarlo, esta vez cuando las causas de lesa humanidad aún estaban en manos del juez subrogante –y ahora renunciado– Carlos Olivera Pastor. Olivera Pastor hizo todo lo que pudo para frenar “sistemáticamente” el avance de esos expedientes. Rechazó indagatorias de los militares más reconocidos y no sólo no ordenó los allanamientos a los edificios de Ledesma, sino que además, en vez de hacerlo, les pedía los informes a la compañía. La Cámara de Salta convalidó sus decisiones.

“El tema de la impunidad en Jujuy no pasa exclusivamente por el juez Olivera Pastor, sino que hay una responsabilidad de la Cámara Federal de Salta”, señaló en abril de este año a Página/12 Pablo Parenti, coordinador con Jorge Auat de la Unidad de Fiscales. “El juez Olivera Pastor es un secretario que fue designado a cargo del juzgado por la Cámara Federal de Salta; fue protegido mediante diversas gestiones por el camarista federal Rabbi Baldi Cabanillas. Ese camarista, a principios de 2011, se presentó ante la Comisión Interpoderes para juicios de lesa humanidad e intentó demostrar mediante sofismas que las causas en Jujuy marchaban bien”, indicó. Todos los integrantes de la Comisión Interpoderes rechazaron en duros términos ese intento de Rabbi Baldi.

La relación de Rabbi Baldi con la Academia ahora lo pone en línea directa con Blaquier. El escenario se complicaría si el camarista empieza a intervenir en las causas que le lleguen por elevación desde Jujuy y tengan a Blaquier entre sus objetos. En principio, en la mañana de hoy vencen los plazos para que los abogados de Blaquier apelen la decisión de Poviña de rechazar la recusación de Pelazzo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario