jueves, 28 de febrero de 2013

El nuevo jefe de la Policía Federal en Jujuy estuvo vinculado a un caso de fuga de un represor de la última dictadura militar

El nuevo jefe de la Policía Federal en Jujuy ( Marcelo Voros) estuvo vinculado a un caso de fuga del represor Julian "Laucha" Corres, Bahia Blanca
(La Voz de Jujuy)
 
 Se trata del comisario Marcelo Alejandro Voros recientemente asumido como Jefe de la Policía Federal delegación Jujuy. Justamente, Voros fue recibido la semana pasada por el gobernador Eduardo Alfredo Fellner en su propio despacho gubernamental.
 
El nuevo jefe de la Policía Federal en Jujuy tuvo en 2008 una causa por la presunta participación en la fuga del represor Julián "laucha" Corres, quien murió en 2011 -sin condena- en el Hospital Militar de la Capital Federal, en tiempos que debía ser juzgado en el marco de los delitos de lesa humanidad cometidos en el Comando V Cuerpo del Ejército de Bahía Blanca.

Casualmente en la ciudad bahiense, el actual jefe de la Policía Federal en Jujuy, Marcelo Alejandro Voros, fue uno de los imputados en un extraño caso donde "laucha" Corres se fugó. Es decir, el represor se "escapó" de la Delegación Bahía Blanca de la Policía Federal Argentina, donde Voros era subjefe de esa fuerza.
El "laucha" Corres, quien ocupó el cargo de teniente coronel, estaba acusado de haber secuestrado y aplicado tormentos en el centro clandestino conocido como “La Escuelita” y que funcionaba en el Comando del V Cuerpo del Ejército de Bahía Blanca.

A mediados de 2008, Corres se fugó frente a la narices de la Policía Federal bahiense, pero fue recapturado el 18 de agosto de 2008, y desde allí hasta su muerte -de manera impune- cumplió prisión preventiva en el Complejo Penitenciario Federal 2 de Marcos Paz y hasta tuvo prisión domiciliaria por enfermedad.

Sobre el caso

En julio de 2008, el exteniente coronel Julián "laucha" Corres, acusado de delitos de lesa humanidad, logró escaparse de la delegación de la Policía Federal de Bahía Blanca en donde iba a ser juzgado.

Corres integró una de las divisiones de inteligencia del Comando V Cuerpo del Ejército desde 1975, participó de operativos “antisubversivos” y trabajó en el centro clandestino de detención “La Escuelita”.

Como él, otros ex militares que actuaron en la zona, se encontraban detenidos en la misma delegación a la espera del juicio.
En el caso de "laucha" Corres esto no parecía una maniobra posible sino bajo la protección y logística lograda desde afuera con la participación de oficiales de la propia Fuerza bahiense.

Esta fue la hipótesis del juez federal Eduardo Tentoni que ordenó la detención de dos jefes de dicha delegación. Se trataba del comisario Gustavo Ariel Scelsi y del entonces subcomisario Marcelo Alejandro Voros. Ambos fueron apuntados como presuntos cómplices de la fuga y pasados a disponibilidad.

Incluso la ministra de Seguridad de la Nación, Nilda Garré, se entrevistó con Scelsi y con Voros en plena etapa de pruebas en el juicio por la fuga de Corres. Eran esos tiempos donde Garré pedía limpiar todo vestigio de gente que haya participado en las peores prácticas enquistadas en la fuerza, sea en la dictadura o en democracia.

Las declaraciones del juicio

De las declaraciones de testigos en el juicio por la fuga de Corres en 2008, se conoció que Scelsi como Voros mantenían un vínculo cercano con Julián "laucha" Corres y otros ex represores.

El matutino Página 12, en 2008, relató parte de las declaraciones de testigos. De esto surgió que “dos de sus subordinados describieron que ambos jefes policiales, pero sobre todo Voros, mantenían una relación que oscilaba entre la admiración y la pleitesía con los represores".

"Los privilegios incluían amenas charlas de café en sus despachos y constantes visitas de militares en una sala especialmente acondicionada, en un sector inaccesible para presos comunes”, relataron los testigos.
 
La situación de Marcelo Voros

En ese juicio intervino como fiscal general, Hugo Omar Cañón -hoy presidente de la Comisión Provincial por la Memoria (Bs As)-, quien aseguró que Voros atendía "particularmente” a Miguel Angel García Moreno, ex militar actualmente prófugo.
En ese proceso judicial, la Cámara Federal de Apelaciones de Bahía Blanca rechazó el procesamiento de Gustavo Scelsi -por estar ausente al momento de la fuga- y "edulcoró" la responsabilidad de Voros, tipificando el delito como “coautor de causación culposa de evasión”, una vez probada su responsabilidad por dejar abierta la celda en donde se hospedaba el "laucha" Corres bajo la custodia del cabo Pablo Carbajal.
A todo esto, la justicia fijó la suma de 150 mil pesos en concepto de "responsabilidad civil" a Voros, ya que la pena establecida por el Código Civil en ese caso es una multa.

Luego de este proceso que tuvo una sentencia, Voros se recicló en la fuerza policial y hoy se encuentra en Jujuy con el grado de comisario a cargo de la delegación de la Policía Federal.
Esto fue rechazado rotundamente por el fiscal general Hugo Cañón, quien aseveró que "el mecanismo policial siempre es el mismo, en un primer momento siempre se pasa a disponibilidad, pero después, en función de lo que ocurra en la causa judicial, lo vuelven a reincorporar a la fuerza".

"Lo que nosotros sostenemos desde la Comisión Provincial de la Memoria es una persona que haya participado en una causa como esta no puede tener un cargo de responsabilidad”, afirmó Cañón.

“La ministra (Nilda) Garré, cuando estuvo al frente del Ministerio de Defensa conoció muy bien este tema, así que no debe estar informada de esto”, concluyó Cañón.
Por último, desde medios nacionales llamó profundamente la atención que con la historia de Marcelo Alejandro Voros, haya sido fotografiado como flamante jefe policial junto al gobernador jujeño Eduardo Fellner. "Como si fuera el premio a una trayectoria intachable, es decir que Marcelo Alejandro Voros discute las políticas de seguridad en su nuevo despacho de la Policía Federal jujeña como si nada hubiera pasado", fueron las primeras críticas. Mientras otros aún se interrogan: ¿Cómo pudo volver a reubicarse Voros?", en los tiempos delicados en donde se lleva a cabo el histórico primer juicio por Delitos de Lesa Humanidad en la provincia de Jujuy.